13 octubre, 2009

El Renacimiento de México



Hoy son los electricistas, pero si no frenamos a esta oligarquía irresponsable y prepotente, mañana sentarán en el banquillo a otras organizaciones sociales y sindicales, de derechos humanos y a cualquier disidencia

La asamblea informativa realizada afuera de la sede del Congreso de la Unión, el día 12 de octubre de 2009, pasará a la historia como un hecho de gran trascendencia histórica para nuestro país, en especial para las fuerzas progresistas, ya que se conjugaron dos fuerzas importantísimas de la izquierda mexicana, por un lado el movimiento popular surgido a raíz del fraude electoral del 2006, encabezado por Andrés Manuel López Obrador, que tiene presencia nacional y que ha demostrado su músculo al obligar a debatir de manera abierta la reforma petrolera, y revertir el fraude anticipado de la oligarquía en Iztapalapa en las pasadas elecciones, haciendo frente a una severa campaña mediática de descalificaciones y calumnias.

Pese al cerco mediático que existe en contra de este movimiento, ha logrado aglutinar a 2 millones de activistas distribuidos en todos los municipios del país, manteniendo viva la esperanza de lograr un gobierno progresista para el 2012.

Por otra parte, encontramos al Sindicato Mexicano de Electricistas, una organización gremial que agrupa a 66 mil personas, que tiene una presencia en 5 Estados del país, entre ellos a dos de las Entidades que representan por si solas el motor económico no petrolero del país: El Distrito Federal y el Estado de México.

El SME además posee una tradición de lucha social de 94 años, siempre alineado a la izquierda, ha sido el único sindicato que ante la ola de privatizaciones abiertas y disimuladas de los regímenes neoliberales, evitó de manera exitosa la subcontratación de personal a través del esquema de outsourcing.

En este contexto, el Presidente Legítimo de México, al solidarizarse con la causa del SME, ratifica su compromiso en la defensa del orden Constitucional, igual que lo hizo al defender la democracia en el 2006, el dominio de la nación sobre los hidrocarburos en el 2008 y al impugnar los privilegios fiscales de las grandes empresas.

Por lo tanto, resulta lógico que en su discurso Andrés Manuel López Obrador haya dicho que defender al SME es defender las conquistas sociales de nuestro pueblo, ya que de consumarse la liquidación de LFC, equivaldría a dejar en letra muerta varios logros alcanzados con la Revolución de 1910, no sólo se perdería una parte importante del patrimonio nacional, sino que además se abriría la puerta para que la oligarquía eche por tierra uno de los pilares de la Constitución de 1917: el artículo 123 que consagra los derechos laborales, así como nulificar el régimen de libertades civiles y sociales a cambio de un régimen militarista y represor, exactamente igual al que se opuso la Revolución de 1910.

De lo anterior se entiende que el Presidente Legítimo, haya llamado en su discurso a la unidad de todas las fuerzas progresistas.

Es de resaltar que López Obrador reiteró el pacifismo de nuestro movimiento, exhortando a evitar caer en provocaciones para no permitir que la oligarquía haga uso de la fuerza y la violencia.

Asimismo, nuevamente hizo hincapié en la importancia de continuar con la labor de hacer conciencia entre el pueblo, a efecto de contrarrestar la manipulación mediática y las campañas de desprestigio que la derecha lanza contra aquellos que se le oponen.

L.D. Jesús A. Palma M.

Ciudad de México, Sede del Gobierno Legítimo de México a 13 de octubre de 2009.



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